1. Limpiezas técnicas de equipos.
2. Detección de fugas.
3. Inspección visual.
4. Sustitución de elementos sometidos a desgaste, como rodetes, rodamientos, cojinetes, elementos de estanqueidad, álabes, camisas, culatas, etc.
5. Comprobación del estado interior de determinados elementos, cuya verificación no puede realizarse con el equipo en servicio y para el que se requiere un desmontaje complejo.
6. Comprobación del buen funcionamiento de la instrumentación, y calibración de esta.
Este tipo de mantenimiento industrial preventivo se sustituye en algunas ocasiones por mantenimientos por condición: se verifica el equipo y sólo se interviene en él si hay síntomas de falla que lo justifiquen.
Recomendamos el mantenimiento industrial preventivo cuando los activos tienen una alta probabilidad de fallo que aumenta con el tiempo y el uso.
En estos casos, hay un patrón que podemos programar en el mantenimiento industrial según las estadísticas sobre el funcionamiento esperado del equipo y las recomendaciones del fabricante.
Por lo tanto, el mantenimiento industrial preventivo planificado nos permite:
1) Aumentar la vida útil del activo en cuestión
2) Mantener la productividad a lo largo del tiempo.